Fundació 18 Mayo - Julio de 2021 | Page 65

Si amamos el fútbol deberíamos intentar elevarlo a su máxima expresión no sólo ética , sino también estética

El deporte-espectáculo es una evolución del deporte propia de la sociedad occidental mediática , de consumo y postmoderna que gracias al proceso de globalización se ha extendido por todo el planeta . No debemos olvidar que el fútbol es una práctica deportiva proveniente de una cultura específica , la anglosajona , asimilada por otras culturas donde el juego y deporte predominantes eran otros . El fútbol como deporte-espectáculo es sólo la punta del iceberg de una actividad deportiva que va mucho más allá de los medios de comunicación y de la actividad económica que se genera a su alrededor . De entrada , el fútbol no es nada sin la ilusión individual y colectiva que las personas y los grupos sociales proyectan sobre este deporte . Así , el fútbol se convierte en una fuente de emotividad y un aglutinador social que fortalece la identidad personal y comunitaria . También es un elemento que ayuda a ordenar la vida social a partir de una actividad . El calendario , los horarios y los ritmos vitales de las personas se organizan teniendo presentes los partidos , ya sean los que juegan los hijos o hijas o los del equipo del que eres aficionado . Por lo tanto , podemos criticar que el fútbol no sea más que un deporte-espectáculo para los que se aprovechan de su dimensión planetaria para sacar un rédito económico o político , pero para el resto de practicantes o aficionados es una actividad integrada en su cotidianidad que da sentido a la vida personal y colectiva tanto familiar como cívica . De ahí podemos considerar el fútbol como un patrimonio de la humanidad . Por un lado , dado que nos hace más humanos al favorecer las relaciones con los demás o , incluso , la comunión de sentimientos y pasiones que brotan de compartir ex-