agita sin parar . Verlo es agotador . Ahora su situación se ha estabilizado un poco ”, explica su madre . Cada elevación de Río de Janerio tiene su favela . Una ciudad que creció aferrada a una caprichosa y escarpada topografía , se encuentra coronada de miseria y marginación . El 20 % de sus seis millones de habitantes ( 11 millones si se cuenta el área metropolitana ) habitan en las favelas . La mayoría de los que viven son personas que han llegado desde las zonas rurales en busca de una oportunidad de progreso .
Kayllon estuvo meses teniendo una actitud agresiva , cerrada y difícil . Durante una operación policial fue testigo de la muerte de un joven , vecino suyo . El escenario del crimen quedó teñido de sangre y cubierto de casquillos de bala . Kayllon no consigue olvidar la violencia , ni el ruido ensordecedor de las granadas que lanzó la policía aquella tarde . “ Todo era una humareda de color amarillo . No podíamos ver nada . Había mucha gente reunida donde lanzaron las granadas de humo . Sólo se oían los gritos y se veían